El corazón del proyecto fue un sistema de innovación social: talleres de co-diseño con funcionariado, jóvenes, artesanas de Xpichil, dignatarios mayas de Chancah Veracruz, cronistas, artistas y habitantes de la cabecera; entrevistas en profundidad y visitas de campo a centros ceremoniales, ejidos, ranchos de Sian Ka’an y cuerpos de agua. Estas dinámicas permitieron nombrar miedos y deseos frente al Tren Maya (pérdida de lengua, tala, turismo extractivo) y, al mismo tiempo, identificar activos únicos: la arquitectura neo-maya del siglo XXI, las redes de artesanía textil, la organización ejidal, la espiritualidad de la Cruz Parlante y la cercanía con la Reserva de la Biósfera Sian Ka’an.

A partir de esta escucha definimos un producto turístico y de desarrollo que enraíza el Tren Maya en Felipe Carrillo Puerto: una propuesta de ecoturismo comunitario articulada en torno a los Ranchos de Sian Ka’an, rutas culturales y educativas, refuerzo de la oferta universitaria ligada a cultura y medio ambiente, y un marco de instrumentos (POT, planes municipales, reglamentos de imagen urbana y paisaje) para asegurar que el crecimiento se de con reglas claras, respeto al ejido y fortalecimiento de la identidad maya. De esta manera, el proyecto construye una narrativa territorial compartida que permite a la comunidad negociar de frente con actores estatales y federales cómo debe llegar el desarrollo a su territorio.